La historia de Genji


  • “No se ha escrito nada mejor en ninguna literatura”. Marguerite Yourcenar.
  • "No es que la vasta novela de Murasaki sea mejor o más memorable o intensa que la obra de Cervantes, pero sí más compleja y que la civilización que denota es más delicada". Jorge Luis Borges
  • “Una de las novelas más antiguas del mundo comparable a los grandes clásicos occidentales como Cervantes o Balzac”. Octavio Paz.
  • “La novela de Genji es uno de los grandes clásicos del mundo”. W.B Yeats.
  • “Tras leer a Murasaki, ya nunca se siente igual el amor ni el enamoramiento. Ella es el genio del deseo, y nosotros sus aprendices, incluso antes de leerla por vez primera”. Harold Bloom
Obra indiscutible de la literatura universal El Genji Monogatari o La novela de Genji, de Murasaki Shikibu, es la gran novela, la novela de referencia de la literatura nipona. De hecho, una de las primeras novelas, en sentido estricto, de la historia de la literatura y, desde luego, la pionera absoluta de las novelas psicológicas. Escrita a principios del siglo XI, se anticipa seis siglos a las obras de Shakespeare o Cervantes. Y, como ya habéis visto, autores como Borges o Yourcenar, la consideran a la altura de cualquiera de ellos. En el marco sensual y elegante del Japón imperial Heian-Kyo, la novela de Genji nos sumerge en las aventuras cortesanas y amorosas de Genji, "el príncipe resplandeciente", y las de sus descendientes.
Aún así, con tan ilustres "sponsors", no es fácil juzar, ni al autor ni a la cultura que lo parió. Y es difícil decidir si algunas cosas responden estrictamente a patrones y diferencias culturales o son achacables a la sensibilidad de autor.
Por supuesto, que los japoneses celebren con una fiesta el florecimiento de un cerezo me parece hermoso.
Pero confieso que me mosquea un poco que la Emperatriz, invitada al evento, permanezca en todo momento aislada dentro de un recinto de cortinas y biombos que impide que la vean y limita, sin duda alguna, su propia posibilidad de admirar el cerezo recién florecido.
El héroe, Genji, es tan hermoso y baila tan bien que hasta sus enemigos, varones, lloran al contemplarlo. Y confieso que me cuesta decidir si eso es sensibilidad o sensiblería.
Genji viola una y otra vez a cuanta mujer hermosa se le pone a tiro. Ninguna se resiste, claro. Él es un hermoso aristócrata, amén de hombre. "Toda resistencia es fútil". Y claro, posiblemente este punto de vista no pueda achacarse a la autora, sino a la cultura japonesa de la época. Pero en ningún momento Murasaki cuestiona -ni siquiera con una tenue ironía- los sagrados derechos de Genji.
Otrosí. Toda persona educada puede y debe escribir poemas. Personalmente, sospecho que una tal cultura nos obligaría a escuchar una gran cantidad de ripios e idioteces, pero supongo que la intención es loable. La vida palaciega es una constante competición de ingenio, poesía, pintura y música. Pero al mismo tiempo, coexistiendo con tanta "sensibilidad", el desprecio al más débil, al pobre, al poco dotado, es absoluto. De hecho, se desprecia la debilidad, la pobreza, las limitaciones...
En un momento dado, Genji se... ¿enamora" de una niña de diez años, a la que secuestra para educarla, con el fin de convertirla luego en su mujer. No, el asunto todavía no es explícitamente sexual. El no yace con la niña, no la posee. Pero le niega cualquier contacto con su padre y, durante años, la moldea a su capricho. ¿Es mi sensibilidad occidental la que protesta?
Sí, por supuesto que la obra es adelantadísima para su tiempo. Estilísticamente, es casi una novela, pero edificada sobre la armazón ética de una sociedad que me resulta particularmente ajena. ¡Tanto desprecio explícito a todos los que no sean de la más alta nobleza! Cito a Murasaki: "Incluso despreciables hijas de gobernadores, muchachas en las que él no se dignaba reparar...".
Dicho esto, por favor, léanla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario