Publicado originalmente en "El País". Aquí mismo tienes el enlace.
Cuando se cumplen 150 años del nacimiento del gran filósofo, ¿qué puede enseñarnos en estos tiempos de penuria? A un país tan amigo de las militancias, le vendría bien su irónico escepticismo y su amable ironía
Cuenta Gore Vidal en sus memorias que, en cierta ocasión, un famoso crítico literario le confesó que Santayana le había enviado un ensayo desde Roma y que se lo había devuelto, porque “¿Qué es lo que tiene que contarnos ahora?”. A lo que Vidal contestó: “Todo, y más”. No parecen opinar lo mismo las instituciones académicas y la industria editorial de nuestro país que, en este año en el que se conmemora el 150º aniversario del nacimiento del pensador, están brillando, tan clamorosa como injustificadamente, por su ausencia. En un panorama editorial en el que predominan las bagatelas literarias y seudofilosóficas, uno no se plantea ni remotamente la posibilidad de una edición crítica de las obras completas del pensador de la ejemplaridad de la que está llevando a cabo la Universidad de Indiana en los Estados Unidos, pero ¿no habría sido una aventura de poco riesgo una digna reedición, por ejemplo, de su espléndida novela El último puritano o de esa obra maestra del género memorístico que es Personas y lugares?