Como en la mayoría de sus novelas, en
"Así empieza lo malo" Javier Marías parte de una frase de Shakespeare, la
cual ilumina toda una zona de la experiencia y la condición humana que
uno como lector ha tenido siempre en su órbita, pero en la oscuridad;
que ha intuido y por eso la reconoce y siente cercana, pero que jamás ha
verbalizado.
“Quizás entonces empieza lo malo, pero a
cambio lo peor queda atrás”. Estas palabras del acto tercero de Hamlet
resuenan al ser subrayadas por Marías, y nos producen una familiar
sensación de reconocimiento, de profunda comprensión (“Thus bad begins
and worse remains behind”). Esa misteriosa calidez de lo que antes era
borroso y de pronto se vuelve diáfano. Como una volátil intuición
atrapada por un alfiler.