A decir verdad la experiencia de mi primera lectura del relato
Bartleby, the scrivener, en la época de la universidad, se puede reducir a
desconcierto, incomprensión y
nula inclinación a desentrañar sus vericuetos. Sin embargo, en su segunda lectura, ahora en la actualidad, la percepción de la obra ha sido otra bien distinta, y el desconcierto se ha convertido en
interés,
reflexión y admiración por el genio de Herman Melville. Como bien dijo
Jorge Luis Borges a
Susan Sontag,
"La relectura es una actividad que considero muy importante, ya que uno renueva el texto: el libro y uno, ya no somos lo mismo en el momento de las relecturas. Como dijo Heráclito: 'Nadie se baña dos veces en el mismo río'. El río fluye, y Heráclito también fluye. Y yo soy ese viejo Heráclito bañándome no en ese mismo río, sino en otro, agradeciendo la frescura de esas aguas."