Hace
50 años falleció T. S. Eliot, referencia esencial del modernismo.
Profundamente religioso, conservador y ansioso de poder, el poeta fue
exaltado como una autoridad. Su culto se mantiene.
En 1917, Thomas Stearns Eliot tomó una
posición como encargado de las cuentas extranjeras en el Banco Lloyds de
Londres. Tres años atrás había llegado a la ciudad para avanzar en sus
estudios de filosofía, y sus padres tenían la esperanza de, por fin, ver
a su hijo como un adulto consagrado a la enseñanza universitaria.