Publicado originalmente por Patricio Pron en "Prodavinci". Aquí tienes el enlace.
Una de las tareas más relevantes, una de
las actividades más importantes de la literatura, y la razón principal
por la que vale la pena prestarse a sus juegos (a pesar de las
decepciones periódicas, pese a la defección de los autores y a los
periódicos anuncios de su decadencia y reemplazo a manos de otros
medios, bastante habituales entre los periodistas televisivos y los
escritores expulsados de la literatura), es la de que la literatura
permite pensar. No pensar sólo acerca de los grandes temas de la
historia y la condición humana (por lo demás, tan habituales entre los
escritores cursis, los autores de novela histórica y los que viven de
los dineros públicos), sino también acerca de los más pequeños; o, mejor
dicho, acerca de cómo los grandes temas permean completamente los
supuestamente más pequeños, que (en ese sentido) son exactamente iguales
a los más grandes.