Publicado originalmente por Patricio Pron en "Prodavinci". Aquí tienes el enlace.
Una de las tareas más relevantes, una de
las actividades más importantes de la literatura, y la razón principal
por la que vale la pena prestarse a sus juegos (a pesar de las
decepciones periódicas, pese a la defección de los autores y a los
periódicos anuncios de su decadencia y reemplazo a manos de otros
medios, bastante habituales entre los periodistas televisivos y los
escritores expulsados de la literatura), es la de que la literatura
permite pensar. No pensar sólo acerca de los grandes temas de la
historia y la condición humana (por lo demás, tan habituales entre los
escritores cursis, los autores de novela histórica y los que viven de
los dineros públicos), sino también acerca de los más pequeños; o, mejor
dicho, acerca de cómo los grandes temas permean completamente los
supuestamente más pequeños, que (en ese sentido) son exactamente iguales
a los más grandes.
Enseres domésticos es otra
muestra del talento de su autor para ir contra la corriente de una
filosofía que (como la mencionada más arriba) no puede interpelar a sus
lectores porque ya no tiene nada que decir o no sabe cómo hacerlo. Aquí,
Verdú disecciona cincuenta y cinco prácticas y objetos con los que
compartimos una vida en el hogar que algunos creen “dulce” pero que (y
Verdú lo muestra magníficamente) en realidad está lleno de peligros: de
los que derivan de la convivencia con objetos punzantes o cargados de
electricidad (la maquinilla de afeitar, la tostadora), de las múltiples
circunstancias en que estos se pueden perder (las llaves), desaparecer
(los calcetines, de a pares pero más a menudo de forma individual),
romperse (espejos, el teléfono, floreros), provocar enfermedades (las
moscas, el polvo), crear problemas (las mascotas, los vecinos) o
producir extraños olores (nuevamente: las mascotas, los vecinos), pero
sobre todo, del peligro de que no pensemos en los objetos que nos
rodean, que constituyen una segunda manifestación de nuestra identidad,
una “segunda piel” (por decirlo así) que ni es particularmente doméstica
(en el sentido de domesticada) ni muy privada.
Enseres domésticos es un libro
magnífico que propone una experiencia singular, semejante a la de dejar
entrar a un desconocido a la casa de uno para que éste la analice y nos
analice, la describa y nos describa. El libro retrata una condición que
todos compartimos: la de creernos dueños de unos objetos que en
realidad nos poseen a nosotros, determinan nuestros actos, nos definen,
son nuestra intimidad, así que vale la pena pensar también (y sobre
todo) en ellos. Vicente Verdú lo hace espléndidamente.
***
Vicente Verdú
Enseres domésticos. Amores, pavores, sujetos y objetos encerrados en casa
Barcelona: Anagrama, 2014
Enseres domésticos. Amores, pavores, sujetos y objetos encerrados en casa
Barcelona: Anagrama, 2014
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