Lisbeth Tipantasig, Arturo Pérez-Reverte y Rodrigo del Campo en la sala de plenos de la RAE, en Madrid / Alejando Ruesga
Lectores implacables, los jóvenes no se dejan impresionar por el canon. Lisbeth Guadalupe Tipantasig Chato y Rodrigo del Campo Grijalbo comentan sin complejos las virtudes y defectos de El sí de las niñas, una de las lecturas obligatorias de 2º de bachillerato. Es lo que estudian ambos en el IES Cervantes de la calle de Embajadores, un histórico instituto madrileño —Antonio Machado fue allí profesor de francés— donde al autor del Quijote se le conoce como “el jefe”.