Publicado originalmente en "Carmen y amigas". Aquí tienes el enlace.
"Por supuesto, es una novela de espías. (...) Creo, de corazón, que es una historia de amor, pero no solo entre un hombre y una mujer, sino de amor a la literatura."
Con estas palabras, resume Ian McEwan su última novela,Operación Dulce- Sweet tooth en el original- que acaba de publicar en español Anagrama con traducción, como ya viene siendo habitual desde hace unos años, de Jaime Zulaika y que tiene como motivo inspirador la revista literariaEncounter, que fue en su momento financiada por la CIA. EnOperación Dulce Ian McEwan, el aclamado autor de grandes novelas como Expiación o Ámsterdam, por citarr tan solo las dos que más he disfrutado, nos traslada a los años 70, a la guerra fría que se fraguó tras la revuelta del 68.
Y así comienza el libro, adelantándonos su narradora-protagonista ya desde el primer momento el desenlace. Ian McEwan puede permitírselo. El interés de la novela radica en el querer conocer la misión secreta, el porqué de esa deshonra y quién fue su amante y saber cómo se ido desarrollando todo pero, por encima de todo eso, el interés se reduce al deseo de disfrutar palabra a palabra de la magnífica prosa del autor. Un autor que me sedujo en la lectura de Expiación hace unos años y que, con la excepción de Amor perdurable, nunca me ha defraudado."Me llamo Serena Frome (rima con plume) y hace casi cuarenta años me encomendaron una misión secreta del Servicio de Seguridad británico. No salí indemne. Me despidieron dieciocho meses después de mi ingreso, tras haberme deshonrado yo y haber arruinado a mi amante, aunque sin duda él colaboró en su perdición."
La espía en Operación Dulce es Serena Frome, joven reclutada en la universidad de Cambridge por el MI5, el servicio de inteligencia británico, para infiltrarse en los ambientes intelectuales del momento. Inicialmente no parece la persona que el MI5 elegiría para tal cometido- no es la típica espía de un libro de Le Carré, por ejemplo, autor al que se hace homenaje en la novela- pero un profesor de la universidad, amante de Serena, será el contacto. El objetivo de la operación Dulce- camuflado en un supuesto interés por apoyar a los jóvenes escritores emergentes- es manipular a todo un país con una imagen de Inglaterra más adecuada a la realidad del momento, una manera esta de atacar la propaganda comunista.
Pero Serena acabará enfrentada a sus propios dilemas de conciencia al ver cómo para cumplir con su objetivo se verá en la necesidad de engañar a Tom Healy, joven escritor- posiblealter ego del autor con el que tiene coincidencias biográficas- del que ha acabado enamorándose y que le corresponde en sus afectos. Una pareja de amantes con gustos literarios muy dispares y que dará al autor juego para la construcción de estos personajes y de su propia visión de la creación literaria de ficción como un mundo de espejos, de apariencias y falsedades.
En relación a estos gustos literarios menciona Serena en cierta ocasión que El valle de las muñecas, de Jacqueline Susann, es una obra tan buena como cualquiera de las de Jane Austen. Como os imaginaréis, no he podido pasar este comentario por alto. Temo que, aunque una lectora voraz, Serena no tenía unos gustos demasiado refinados. Pero, aparte de estas preferencias literarias, he de decir que el personaje de Serena no me es particularmente atractivo, tanto en su actitud personal como profesional. Bien es verdad que nunca ha estado McEwan dispuesto, o preocupado, en construir personajes al gusto del lector.
En relación a estos gustos literarios menciona Serena en cierta ocasión que El valle de las muñecas, de Jacqueline Susann, es una obra tan buena como cualquiera de las de Jane Austen. Como os imaginaréis, no he podido pasar este comentario por alto. Temo que, aunque una lectora voraz, Serena no tenía unos gustos demasiado refinados. Pero, aparte de estas preferencias literarias, he de decir que el personaje de Serena no me es particularmente atractivo, tanto en su actitud personal como profesional. Bien es verdad que nunca ha estado McEwan dispuesto, o preocupado, en construir personajes al gusto del lector.
Utilizando la metaliteratura, la intriga, el romance y algunas sorpresas finales, Ian McEwan nos plantea, con acierto e inteligencia, los dilemas éticos que pueden plantearse al pretender manipular a las personas e inculcar una determinada ideología. La pericia y el oficio de Ian McEwan está sobradamente demostrada y en esta nueva novela el autor vuelve a estar a la altura. God save Ian McEwan!
¿Habéis leído algo del autor? Si la respuesta es sí, ya me contaréis. Si es no, permitidme recomendaros comenzar con Expiación. Obra maestra.
¿Habéis leído algo del autor? Si la respuesta es sí, ya me contaréis. Si es no, permitidme recomendaros comenzar con Expiación. Obra maestra.
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