"El hombre que amaba a los perros". ¿Una novela contra el chavismo?

¿Me creería alguien que este libro versa sobre Chávez?
¿Aunque Padura no haya pensado en el "Comandante" en ningún momento mientras redactaba esta gran novela?

He dicho esta aparente barrabasada porque, hoy más que nunca, estoy convencido de que todos leemos en función de nuestro "momento emocional e intelectual". Y la mejor prueba de ello es que en cada página, en cada capítulo,  en cada una de las tres historias que, entretejidas, conforman esta novela, he visto una descripción y una crítica al actual sistema imperante en Venezuela.

En principio, "El hombre que amaba a los perros" es una novela del autor cubano Leonardo Padura, escrita en 2009. Editada ese año por Tusquets, fue publicada dos años más tarde en Cuba por Ediciones Unión.

Y, en principio, narra tres historias. 

La primera, ambientada en 2004, es la de Iván, un cubano aspirante a escritor, reducido por las circunstancias a responsable de un paupérrimo gabinete veterinario de la Habana.

Iván rememora un episodio de su vida, cuando conoce a un enigmático personaje que paseaba por la playa en compañía de dos hermosos galgos rusos. Este "hombre que amaba a los perros" le hace depositario de unas singulares confidencias que nos permiten reconstruir las otras dos historias: la de Liev Davidovich Bronstein, "Trotski", y la de su asesino, el español Ramón Mercader. 

Y ya aquí, en esta primera historia, veo a Chávez presente en las miserias de la Cuba de 1977. Tan dolorosamente parecida a las de la Venezuela de nuestros días.

La 2da historia, la de Trotski, nos cuenta las vicisitudes de este personaje, a partir del destierro que le fuera impuesto por Stalin en 1929. A primera vista, Padura se nuestra relativamente condescendiente con el personaje, al atribuirle "sincero arrepentimiento" por las barbarides cometidas. La militarización de los sindicatos ferroviarios, el aplastamiento de los marinos de la base de Kronstadt, su rotundo rechazo a la posibilidades de elecciones libres en 1921. 

Turquía, Noruega, son escenarios en los que su memoria reconstruye sus propios errores y los del partido que ayudó a llegar al poder. Y una vez, surgen uno, dos, decenas de fantasmas idénticos a Chávez, Maduro y su pandilla.

La 3era historia es la Ramón Mercader, el asesino de Liev Davidovich. Es la historia más importante en la novela, la que Padura narra con mayor detalle. Y la que le da el título a la novela. Claro: Mercader es "el hombre que amaba a los perros". Y es la herramienta del destino, la que marcará definitivamente las historias de Trotski e Iván. Y el novelista hace lo posible para explicar el proceso que convierte a un "revolucionario" en un asesino. 

Su infancia en la Barcelona burguesa, sus amores y peripecias durante la guerra civil y más adelante en Moscú y París. Y una vez más surgen los mismos espectros, aunque encarnados en otros personajes. Los mismos errores, los mismos horrores, los mismos crímenes. Me pareció particularmente impresionante la fase "adoctrinamiento intensivo", cuando ya lo han elegido para asesinar a Trotski y lo preparan, sicológicamente sobre todo, para la misión.

La vidas de estos dos últimos, las de Trotski y Mercader, se entrelazan hasta concluir en México.

Padura escribe muy bien. Y la historia de la revolución cubana, la de la Guerra Civil española y la de la revolución rusa, amén de constituir un grandioso tríptico narrativo, son un excelente alegato contra "El Socialismo del Siglo XXI". 

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