Te lo advierto: si mantienes la tesis de que la literatura humorística es un género menor, dejo de leer tus comentarios.
Eduardo Mendoza es una autor mayúsculo, capaz de obras serias y circunspectas como La ciudad de los prodigios o El año del diluvio, pero creador también de universos narrativos lúdicos y jacarandosos absolutamente formidables.
Ese Mendoza, callejero, satírico y pintoresco, es el que se nos presenta en "El enredo de la bolsa y la vida".
Quizás un poco excesivo a veces, casi en plan Mortadelo y Filemón (los comics, no la abominable película), El enredo de la bolsa y la vida es la cuarta entrega de las andanzas del peluquero detective sin nombre de El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras, Aunque debemos reconocer que la primera entrega fue, con mucho, la mejor, lo cierto es que esta obra, entre la picaresca y el esperpento, se lee con la carcajada a flor de labios.
Una de las protagonistas, por cierto, es la propia Angela Merkel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario