Autores: Jean-Yves Ferri y Didier Conrad
Páginas: 48
Editorial: Salvat
Precio: 12,90 euros
Año de edición: 2013
Un día de otoño, exactamente un 29 de octubre del año 1959, se publicaron las primeras viñetas de Astérix y Obélix, los irreductibles galos que resisten al casi omnímodo poder del imperio romano, en la revista francesa Pilote. Recuerdo muy bien cómo en mi infancia la llegada a casa de un álbum de Astérix era un acontecimiento, los hermanos nos peleábamos por leerlo primero, hasta establecer un orden y luego venía lo mejor, una tarde de diversión inolvidable.
Siempre me han parecido unas historietas geniales, llenas de chispa, de fino humor, con unos dibujos graciosos en sí mismos y un sentido del color fantástico. René Goscinny era un guionista muy inteligente y su amigo Albert Uderzo un dibujante muy dotado. En fin, qué os voy a decir que no sepáis ya de este cómic, uno de los mejores de la historia.
Muerto Goscinny, el autor de «El pequeño Nicolás», parecía que era imposible disfrutar de nuevas aventuras. Uderzo se encargó de los guiones en diez álbums adicionales, pero no era lo mismo.Pues bien, recientemente parece que el grupo editor de estas historietas, Editions Albert René, creada por los autores y ahora convertida en una filial de Hachette, decidió sacar el álbum número 35 y para ello realizó una selección de autores, que luego sometió a la supervisión de Uderzo y los herederos de Goscinny. Después de complejas deliberaciones y gestiones, los afortunados fueron el guionista Jean-Yves Ferri y el dibujante Didier Conrad.
Ferri ha dicho que no ha sido tan difícil mantenerse fiel al original. «Bueno, basta con imaginar la tradicional escena del banquete, imaginar una nueva viñeta, mirando hacia atrás... hasta conseguir llegar al principio. Nada más fácil» ha declarado. Conrad, por su parte, ha comentado: «Astérix es un mito. Dibujar las aventuras de Astérix y Obélix es para mi algo extraordinario, el sueño de un niño hecho realidad».
Únicamente le encuentro un grave defecto a esta entrega de las aventuras del pequeño galo, que se hace demasiado corta. Sólo tiene 48 páginas, la longitud estándar de otros Astérix, pero se lee en un momento y sabe a poco, a muy poco. Porque la encuentro deliciosa, divertida, fenomenal. Abrirla es iniciar un viaje hacia la niñez, cuando disfrutábamos de los juegos de palabras, de los nombres ridículos de los personajes, de los enfados de Obélix, de los delicados y los maravillosos paisajes. Creo que esta aventura no desmerece de la serie y bien podría pasar por auténtica.
Un regalo de la vida, Astérix y Obélix redivivos, otra vez en el camino de las peripecias más divertidas y graciosas, con menhires, jabalíes, piratas, bardos, romanos y banquete final. Una gozada poder encontrarnos de nuevo con estos dos viejos amigos, el enano furioso y el gordo simplón (Ferri dixit).
Jean-Yves Ferri y Didier Conrad
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