Publicado originalmente en "La antigua Biblos". Aquí tienes el enlace.
Título: Lolita
Autor: Vladímir Nabokov Páginas: 392
Editorial: Anagrana
Precio: 11,90 euros
Año de edición: 2003 (8ª edición)
Hoy vamos a hablar de una novela muy famosa, para recordarla y por si hay alguien por ahí que no la ha leído todavía. Se trata de «Lolita. Publicada en 1955, desató cierta polémica por tratar un tema tan delicado como las relaciones con menores de edad. Cuenta la historia de un hombre maduro, sin muchos escrúpulos, que se obsesiona con los encantos de una joven de doce años, hasta el punto de casarse con su madre para estar cerca de ella y finalmente fugarse con la chica.
El texto se puede leer como una curiosa historia romántica y erótica, con un personaje principal malvado y poco recomendable, que nos deja remordimientos de conciencia por habernos identificado con él, pero también es una crítica de la sociedad moderna, superficial y consumista, e incluso, un estudio sobre la moral y la dualidad responsabilidad o enfermedad que parece acompañar a algunas perversiones.
Está estupendamente bien escrita, con un estilo exquisito, lleno de matices y armonías, y una riqueza de recursos formales que a veces pasa desapercibida por el interés de lo que se cuenta y la curiosidad de ver cómo va a acabar todo aquello. Tiene además el suspense de seguir al protagonista, un auténtico delincuente, para averigüar si se van a descubrir sus manejos.
En resumen, una novela soberbia, profunda y perturbadora, llena de cualidades, que deja algo preocupado al lector, preguntándose cómo es que la ha gustado tanto una historia tan morbosa, pero que tiene el inconfundible aroma de los clásicos, de las obras maestras que perduran.
Autor: Vladímir Nabokov Páginas: 392
Editorial: Anagrana
Precio: 11,90 euros
Año de edición: 2003 (8ª edición)
Hoy vamos a hablar de una novela muy famosa, para recordarla y por si hay alguien por ahí que no la ha leído todavía. Se trata de «Lolita. Publicada en 1955, desató cierta polémica por tratar un tema tan delicado como las relaciones con menores de edad. Cuenta la historia de un hombre maduro, sin muchos escrúpulos, que se obsesiona con los encantos de una joven de doce años, hasta el punto de casarse con su madre para estar cerca de ella y finalmente fugarse con la chica.
El texto se puede leer como una curiosa historia romántica y erótica, con un personaje principal malvado y poco recomendable, que nos deja remordimientos de conciencia por habernos identificado con él, pero también es una crítica de la sociedad moderna, superficial y consumista, e incluso, un estudio sobre la moral y la dualidad responsabilidad o enfermedad que parece acompañar a algunas perversiones.
Está estupendamente bien escrita, con un estilo exquisito, lleno de matices y armonías, y una riqueza de recursos formales que a veces pasa desapercibida por el interés de lo que se cuenta y la curiosidad de ver cómo va a acabar todo aquello. Tiene además el suspense de seguir al protagonista, un auténtico delincuente, para averigüar si se van a descubrir sus manejos.
En resumen, una novela soberbia, profunda y perturbadora, llena de cualidades, que deja algo preocupado al lector, preguntándose cómo es que la ha gustado tanto una historia tan morbosa, pero que tiene el inconfundible aroma de los clásicos, de las obras maestras que perduran.
Ya hablaremos otro día de la injusticia que supone la costumbre de mostrar imágenes de escritores cuando ya han alcanzado una avanzada edad. Alguien podría pensar que los buenos escritores son viejos y arrugados por naturaleza, o hay que esperar a arrugarse como una pasa para empezar a escribir. Sería un error. Parece más bien que la fama tarda siempre en llegar y que hace falta practicar muchos años eso de escribir bien.
Bueno, pues vamos a poner una foto de Nabokov joven y guapetón y volvemos a su biografía.
Su familia huyó, primero de Rusia para escapar del bolchevismo y después de Francia para evitar a los nazis. Durante ese periplo, que duró veintiún años y acabó en Estados Unidos, su padre fué asesinado por motivos políticos y su hermano murió en un campo de concentración. Vladímir estudió en Cambridge, hizo varias traducciones maravillosas del ruso al inglés y siempre tuvo opiniones sobre la literatura controvertidas. Sostenía que más importante que la trama de una historia o la identificación con los personajes es apreciar estéticamente la estructura y los detalles de una novela. Recomendaba empaparse bien de Historia de Irlanda y tener a mano un mapa de Dublín para leer el «Ulises» de Joyce.
Ha sido criticado por esteta y elitista, pero es verdadero un maestro manejando tramas y personajes complejos con un lenguaje depurado, lleno de figuras literarias y juegos de palabras. Tambien fué un entomólogo notable, hay un género de lepidópteros llamado Nabokovia en su honor, y un excelente aficionado al ajedrez. Nunca aprendió a conducir.
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